Y era una diosa
No diré que en ella no me fijé, pero lo que más me incitó a tomar la fotografía fueron los comentarios de las personas. Las señoras que tenía delante se giraron, y una de ellas dijo: es bella; con tono de admiración. Me paré para observarla y la vi dulce y delicada, con una expresión entre el ya lo sé y la despreocupación de existir, como si se despojara de la vida y se quedara inmóvil para siempre. Danzando entre el juego de sombras y luces, voluptuosa, viendo pasar esas caras que la observaban, con actitud de indiferencia y superioridad. Estaba desnuda ante las miradas de la gente, pero pocos podían ver su vestido de piedra, y ninguno de ellos, la tristeza en sus ojos…
@brisam